Arquitectura

LAS COMUNIDADES

PATRIMONIO VIVO: LA RELIGIOSIDAD POPULAR

La historia de Chiloé está marcada por su geografía insular y su consecuente aislamiento del resto de Chile. Esta condición dio origen a manifestaciones culturales únicas y muy arraigadas.

La cultura de bordemar combinada con el trabajo agrícola, la mitología, la gastronomía y artesanía tradicional, el folclore, el oficio carpintero y la arquitectura, son solo algunas de ellas.

Este aislamiento fue un factor importante en la conservación de prácticas religiosas propias del medioevo español, que al mezclarse con la tradición chilota dieron origen a una religiosidad popular muy singular.

Expresión de ella son las grandes festividades religiosas. Cada iglesia tiene su fiesta patronal, pero las comunidades celebran además a otros cristos y santos importantes. Son momentos de encuentro y celebración comunitaria en las que se manifiestan las principales tradiciones del archipiélago, como las mingas, la música y la gastronomía. Se realizan además durante estas fiestas procesiones y pasacalles muy distintivas.

Otras expresiones de esta religiosidad popular son los cantos y rezos “a la chilota”, los santos vestidos y los elementos decorativos de las iglesias, así como la propia organización de la comunidad religiosa.

COMUNIDADES: ORGULLO Y COMPROMISO

Hoy, el sentimiento religioso sigue muy arraigado en las comunidades locales, que mantienen vivas a las iglesias y sienten un profundo orgullo por ellas.

Son las propias comunidades las que están a cargo del cuidado y mantención de los templos, mediante un trabajo voluntario y muy dedicado. Para ello, definen una estructura de roles, entre los que destaca el Fiscal.

Los fiscales tienen su origen en las misiones circulares y eran personas locales que eran designadas por los sacerdotes para cuidar las iglesias y hacerse cargo de los rituales religiosos en su ausencia, que era la mayor parte del año. Era un cargo que se ejercía con mucha autonomía y que perdura hasta el día de hoy en muchas iglesias.

Otro rol relevante es el de los Supremos, que se encargan de organizar las fiestas patronales. También existen los patrones de iglesia, patrones de llaves, patrones de imágenes y rezadores, entre otros. Estos roles suelen ser tradiciones familiares que se traspasan de generación en generación.